Dragones y criaturas fantásticas: El Gusano de Lambton

la leyenda de este dragón se hace remontar al siglo XIV, cuando el heredero de los Lambton, pescó de las aguas una extraña criatura, y la echó en un pozo. Con el tiempo, el monstruo fue creciendo e iba matando uno a uno a todos los valientes que trataban de desalojarlo, cuando ya se había hecho tan grande que ya no cabía en el pozo. Un día, el joven causante de la desgracia, regresó a casa de un viaje, y decidió reparar el daño por él provocado matando a la criatura. La cosa no era fácil, porque el Gusano, cada vez que alguien conseguía cortarlo en dos, volvía a unir enseguida las dos partes. Por consejo de un brujo, el joven mandó hacer una armadura totalmente cubierta de pinchos, y permaneció a la espera del dragón. El trato con el brujo (¿tal vez el Diablo?) era que, en caso de éxito, el joven tendría que matar al primer ser viviente que se encontrase después de la empresa, bajo pena de recibir una maldición que impediría a sus herederos, durante nueve generaciones, morir en la propia cama. El joven Lambton se apresuró a advertir a sus criados que soltasen a su perro apenas oyesen el cuerno que llevaba consigo, para poder estar seguro de no tener que hacer ninguna víctima humana. Luego se dispuso a esperar al dragón. Llegó éste y enseguida trató de triturar al joven, como había hecho con sus predecesores, pero cuanto más lo estrujaba, más profundamente se le clavaba la armadura, hasta que el dragón exhausto, expiró. El joven hizo sonar enseguida el cuerno, para anunciar la victoria; pero antes que el perro llegó su padre a caballo. El héroe fingió no verlo y mató al perro, que entre tanto había corrido a su encuentro. Pero el destino estaba sellado, y durante nueve generaciones, ningún Lord de Lambton murió tranquilamente en su lecho.